lunes, 6 de abril de 2009

C O N T E N I D O




40 Años despues de 'mayo del 68' la imaginación al poder

Por Rosalba Del Valle

Es válido preguntar a la generación de nuestros padres qué ven hoy, cuarenta años después de aquel Mayo del 68, cuarenta años después de haberse atrevido a vivir sus sueños, hechos de alguna u otra forma ideales, rutas de vida. Éstas, acompañadas en el trayecto previo…Ver Mas







Cinco repúblicas fueron las que libertó Simón!

Por Enrique Sanabria

Por esas curiosas casualidades que la historia le juega a la vida, de cuando en cuando hay años que están llenos de aniversarios, y este, el 2008 es uno de ellos. Especialmente para los jóvenes, quienes hace 40 años, en 1968, marcaron un hito de gran importancia en su búsqueda...Ver Mas




Gogol Bordello
Gypsy Punks

Por Pablo Marín

Chernóbil 1986, una nube letal, altamente radioactiva, se propaga por la Unión Soviética, desatando un masivo desplazamiento. Evgeny Aleksandrovitch Nikolaev (Bojarka, Ukrania 1972), posteriormente Eugene Hütz, vocalista y líder de la agrupación Gogol Bordello, entonces de 14 años de edad se ve obligado...Ver Mas





Las marchas del 2008

Por Cristina Toro

Iniciando el año las manifestaciones sociales se hicieron ver como forma de protesta a la realidad colombiana y de apoyos políticos que tomaron color y consignas partidistas generando un ambiente polarizado frente al problema de la violencia en el país. Así, se dieron las movilizaciones más grandes: 4 de Febrero y 6 de Marzo... Ver Mas

40 Años despues de 'Mayo del 68' la imaginación al poder

¿Qué hace el tiempo sino alienarte y desdibujarte?


¿Qué es la vida sin sueños,

sino una utopía

para la muerte?

Eugenio Barba.

Odin Teatret


Por Rosalba Del Valle


Es válido preguntar a la generación de nuestros padres qué ven hoy, cuarenta años después de aquel Mayo del 68, cuarenta años después de haberse atrevido a vivir sus sueños, hechos de alguna u otra forma ideales, rutas de vida. Éstas, acompañadas en el trayecto previo (durante o posterior al acontecimiento mundial que encarnó dicho momento en la historia de la humanidad, de la sociedad contemporánea) de la tonada de Leonard Cohen, Bob Dylan, Janis Joplin, The Doors, David Bowie, Pink Floyd, Serrat, Bob Marley, Richie Ray y Bobby Cruz (hoy nos acompañan Sigur Rös, The muse, Manu negra, Manu Chau, Radiohead, Sargento García, Rubén Blades, Gogol Bordello, Lhasa, entre muchos otros). Rutas de vida transitadas por la lucha de los derechos a la libre expresión, al encuentro entre culturas, a un mundo sin racismos, a un espacio para las percepciones de una nueva juventud, a la crítica abierta al consumismo y la falta de responsabilidad de sus padres y de los adultos en general de aquel entonces, por vivir sin vivir en un mundo enajenados de sí mismos.

Preguntarle a esa generación que igualmente, entrando ya más directamente en un panorama mundial, transitó la lucha a la igualdad de los derechos civiles, al derecho por la igualdad de las comunidades negras dentro de la sociedad norteamericana (The Black Power)[1]; por la primavera de Praga, por la masacre en la plaza de las tres culturas: Tlatelolco, la nueva izquierda (Ho Chi Min, Che Guevara, aunque para algunos no sea más que un mito estúpido alrededor de un asesino), la crítica a la verticalidad académica, el unísono de un no a la guerra en Vietnam, la cual fue precisamente la “excusa” que sirvió de forma diagonal para todo este acontecimiento.

¡Cuántas luchas! Aquí no están todas. ¿Qué se ganó? ¡Sí claro! Independientemente a que los medios de entonces hayan tratado de desacreditar las protestas tildándolas de desvaríos juveniles, y los de hoy le den un cubrimiento bastante superficial, a lo que implicó dicho momento, se ganaron cosas. Como por ejemplo, una revolución al estilo de vida, los jóvenes comenzaron a reaccionar, a romper convenciones, como la rigidez de la educación, las relaciones distantes entre los profesores y los mismos estudiantes, se buscaba la paz y reivindicar los derechos de libertad, la búsqueda de la misma en torno a lo corporal; obviamente todo esto lindaba con lo político, desde un cuestionamiento del quehacer humano, desde lo más profundo hasta lo más “superficial”, por las implicaciones de la existencia y por ello mismo del sentido de ésta.

Con todos los cambios que entonces se estaban gestando vinieron el cabello largo y una vestimenta desaliñada como símbolo de liberación, porque no se trataba de una protesta juvenil que sólo se da en la pubertad, era más bien todo un movimiento que cuestionaba todas las esferas e instancias de la sociedad, combatiendo inicialmente la institución familiar, la educativa, la estatal, con reflexiones y exigencias en torno a lo político, mundial, existencial, racional, esencial. Aunándose la minifalda, la píldora, cierto grado de apertura democrática, la indagación por las guerras pasadas, las colonizaciones y por ende, el interés por conocer sobre esas culturas mancilladas en el pasado por sus padres, abuelos y generaciones anteriores a los protagonistas del 68.

A pesar de ello, se percibe un halo de desasosiego, cierta insatisfacción, pero ¿cómo no?, si a pesar de lo ganado se observa un panorama de pérdidas, reflejadas por ejemplo en el proceso del calentamiento mundial, el cual lleva décadas, mucho más tiempo del que suele creer el grueso de la población del planeta; en la manipulación genética que obvia la ética, en los gobiernos con supremacía económica que continúan invadiendo a diestra y siniestra los territorios que se les viene en gana. En la manipulación de los medios, en los retrocesos de las reformas académicas, en la falta de memoria, no sólo colombiana sino global, en la ceguera política que habita el alma de este sector del sueño de Bolívar[2].

Realmente es desalentador, pues así como el sistema supo diluir la explosión revolucionaria del 68, lo hace hoy antes de que la explosión misma se pueda dar. La diferencia radica en que se lograron cosas, aunque no todo el mundo sea capaz de reconocerlo y aunque muchos actores de entonces hayan cambiado a la par que la vida les cambiaba. Quién podría cuestionarles: nadie. Estamos en el mundo de la vida, el futuro incierto es. El caso es que gracias a mucho de lo ganado hoy podemos pararnos desde una perspectiva menos retrógrada que la de entonces. Por qué? Porque la enfrentaron, porque se unieron para ello, porque creyeron.

Volviendo sobre la pregunta inicial de este escrito formulada a nuestros padres ¿Qué ven hoy? No sé, pero me atrevo a responder en primera instancia, si es que esto es una respuesta, que no puedo responder. Más allá de lo que me ha tocado vivir, no puedo decir nada. Cómo hablar de una multiplicidad de sentimientos e ideas que atravesaron una generación a la cual no pertenecí, en la cual no viví como vivo hoy, lo que vivo hoy. Si me lo puedo permitir, y me lo permito, yo diría que 40 años después de Mayo del 68, muchas de las cosas que erigieron aquellos jóvenes aún permanecen, pero que ello no ha evitado que se perpetúen esas otras contra las que lucharon, no todas, no igual, porque obviamente han mutado según el curso que a la humanidad le han dado los gobiernos desde entonces hasta hoy; cosas que existen en la xenofobia, en el abuso de poder, en los complots políticos, en los filtros de información, en las desapariciones forzadas, en los éxodos, en los destierros, en el reclamo y el dolor de las marchas, en el dejar de ser.

Lo importante hoy sería, a partir de esas ganancias del 68 y en torno a éste, cómo asumirnos frente a nuestra realidad inmediata, frente a nuestro acontecer. Ello implica una postura política, en tanto reflexión de nuestra existencia como individuos e igualmente ciudadanos de Colombia y del mundo. Estoy refiriéndome obviamente a quienes pertenecen a mi generación y a las cercanas a ésta, a los que hoy cuestionamos al sistema y a las actuales políticas, a los estatutos estudiantiles y a toda la sucia manipulación del gobierno y los gobiernos sobre las directrices educativas. Esto con el fin de mantenernos en un estado del conocimiento literal, para así propender negligentemente a la debilidad de entablar conexiones inter-relacionales de la realidad política del país y del mundo, para mantener el reinado de la ignorancia y el obrar por omisión.

Entonces, frente al acontecer actual, cómo generar el acontecimiento que le haga frente, cómo contrarrestar la versatilidad diluyente del sistema para concretar razones críticas y propositivas como reflexión de lo que nos sucede desde todos los ámbitos de la sociedad. Aquí hay que buscar la unidad frente a ello, hay que revertir las artimañas y jugadas soterradas que exaltan la división como mecanismo de debilitamiento, para impedir que se le cuestione y se le exija ¿Qué hacer para que ello se concrete? Nuevamente frente a una utopía.

Cuarenta años después, Mayo parece ser un mes más, en el que se conmemora algo que tuvo lugar en un momento inexpropiable, pero un mes más. Hoy, pocas cosas sorprenden, hoy, poco espacio le ha quedado a la imaginación. Sin embargo, creo que un buen comienzo es expresar nuestros puntos de vista frente a lo que está sucediendo actualmente, tomar una postura tanto en el pensar como en el actuar. Mayo del 68 finalmente sí valió la pena, lo ideal sería confirmar que la actualidad también lo vale, que aún existen espacios para la imaginación. ¿Qué diría usted?


[1] Reivindicación de las raíces negras, del orgullo de éstas y por ende de una libertad como autoconciencia de su propia valía como raza.

[2] Véase el artículo “Patria bolivariana” presente en la actual publicación.

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